6/4/09

Un recuerdo añejo, o uno que tal vez no existió




Hoy es el día más feliz de mi vida.

Fui a un museo con una mujer que no sabía que ya amaba.

Invadió mis ideas poco a poco, dejando intactos mis sueños, hasta ayer.

El azar nos llevó a aquel museo, no teníamos nada planeado para aquel día, no teníamos planeado vernos, pero el azar nos colocó.

La invitación surgió mientras chismeaba en “Interné”, no encontré nada interesante, pero al verla se me antojo viaje.

Total, salimos con viaje a ninguna parte.

Tomamos el primer autobús, y nos llevó al lugar más bello del mundo ya atascado de universos, había una feria del libro, en ese pedazo de piedra ardiente que usamos como piso.

Hubo un concierto, y en él éramos como estrellas entre la gran masa negra de espectadores.

Llovió, mientras escuchábamos a un grupo medio famoso de entre los no famosos, nos abrazamos tan fuerte que el agua no tocó el pecho que compartíamos, entre nosotros no había nada más que nuestra carne impidiendo unirnos o convertirnos en una gota de palpitante carne.

Ése fue el día más feliz de mi vida, aquel donde la cercanía no permitía que existiera la distancia, donde no podíamos respirar, donde no necesitábamos respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario