6/11/09

Daniel's




Nunca te pude sacar una foto donde salieras decente, o al menos que reflejara lo hermosa que eres para mi. En cambio yo nací afortunado, con un rostro simétricamente aceptable, masa muscular suficiente para no tener que ejercitarme demasiado, sé que mi cuerpo es envidiable.

Sabes te extrañe mucho cuando te fuiste, sabría que volverías, por lo menos a contarme aquellos chistes que me contaste y no entendí. Adoraba verte trabajar, me reía tanto con tus malabares, tus colores escurriéndosete por todos lados, tus ojitos con más color por fuera que por dentro.

Mi madre sin duda te va a extrañar, es por eso que a ella le guardo tu corazón.

Hoy que te vi, después de 27 años, y dijiste “Daniel” y te dije “Daniel”, y nos abrazamos, fue como si 27 años hubieran desaparecido inmediatamente, fue un salto sin duda. Y la plática, fue tan bella, tan emocionante saber dónde habías estado sin mi, escucharte hablar de cómo conociste a tu marido y el porqué te divorciaste. Yo te conté del café, de que nunca me casé, de mis amigos perpetuos que ya nunca veo, de cuánto te extrañé. Ahora que te veo aquí te confieso que te me antojaste cuando olí el aroma de tu cabello, y ahora que te tengo aquí viéndote toda, noto que ya no eres la misma que has cambiado, tu piel sigue suave pero ya no huele igual, hay nuevas cicatrices y la marca de un tatuaje que ha sido borrado, te pusiste nuevas tetas, te arreglaste las preciosas nalgas que tenías, ya no eres aquella que eras.


No importa si no tengo hambre de ti, no importa si me sacié de ti en el pasado, lo importante es que ahora soy el último en meterte a la cama después de comer.

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