Hoy es uno de esos días trascendentales de mi vida. Me levanté temprano para ir a un evento al que ya no fui porque preferí ir a una colonia (Lienzo charro) inundada a ayudar gente que no conocía. Caminé un montón entre lodo de aguas negras y con la esperanza de que a esa gente no les lloviera más, así miraba al cielo deseando que las nubes se fueran a otro cerro.
Llego a casa con el cuerpo muy muy adolorito, con mi rodilla izquierda madreada y obligandome a cogear pero con una energía mental cabrona y llena de plenitud de que encontré mi vocación.
:'D
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